Aprender a Pensar – El silencio, la escucha y la atención en el aula
escrito el 31 de Enero de 2013 por
Aprender a Pensar en
Aprender a Pensar
Estamos acostumbrados a soportar un
ruido medioambiental tan alto que hemos perdido la capacidad
de permanecer en silencio, de escuchar, de discriminar e identificar
sonidos.
Existen ejercicios que permiten fomentar en los niños el desarrollo de la percepción auditiva, como por ejemplo:
1 - Pedir que se sienten, cierren los ojos, permanezcan en silencio
durante un minuto, pero estén atentos para luego porder describar todos
los sonidos que se han identificado a lo largo de ese aparente
silencio. Esta práctica, al principio, puede poner nerviosos a los
niños, acostumbrados al bullicio. Sin embargo, si se convierte en
hábito, ayuda a que se relajen, y les descubre todos los sonidos
que suelen pasar desapercibidos en su entorno cotidiano.
2
- Poner una pieza de música y pedir a los niños que la escuchen con
atención y traten de identificar los distintos instrumentos con los que
se interpreta. Es importante elegir primero una pieza sencilla en la que
sea fácil distinguir los diferentes instrumentos e ir seleccionando
otras más complicadas, si se realiza este tipo de ejercicio más veces.
3 - Pedir que se sienten en un gran círculo, decir una palabra
relacionada con un tema concreto y, siguiendo el orden del propio
círculo, decir a cada niño que repita las palabras que se han dicho
hasta el momento y añada una nueva, siempre relacionada con ese mismo
tema. Si este ejercicio se acompaña de palmadas rítmicas, resultará más
fácil.
4 - Narrar un cuento en voz alta y, en determinados momentos, pedir a
un niño que añada algún sonido a la narración que se pueda asociar con
lo que se está contando. Los demás pueden darle ideas o ayudar a mejorar
la que él ha tenido. Finalmente, se repetirá el cuento, y todos los
niños añadirán a lo largo del mismo los sonidos que han inventado
juntos.
5 - Recitar poemas con rima en voz alta. Hacer hincapié en la
musicalidad de los versos les ayudará a recordar mucho mejor las
palabras.
6 - Cantar canciones que contengan enumeraciones. Si se acompañan de palmadas, será más divertido.
7 - Proponer que, por parejas, se cuenten una anécdota. Cada miembro
de la pareja deberá explicar al grupo lo que le ha contado su compañero.
Este tipo de ejercicios acostumbra a los niños a practicar una
escucha atenta en un ambiente lúdico. Haciendo pequeños guiños que
recuerden esos juegos que se han practicado antes, se puede conseguir
que, poco a poco, se acostumbren también a prestar esa misma atención en
ambientes de trabajo que requieren concentración.